Neuroeducación

Neuroeducación

Por Antonela Chiussi

NEUROEDUCACIÓN

Las pedagogías van transformándose a lo largo de la historia. 

Esto sucede debido a que la sociedad también muta y va necesitando (y produciendo a su vez) nuevos modos o herramientas para abordar la educación desde diferentes aristas.

La neuroeducación es un ejemplo de ello.

¿De qué se trata?

Concreta y sintéticamente, de la aplicación de los conocimientos que aportan las neurociencias en los métodos de enseñanza.

La neuroeducación es una nueva visión de la enseñanza basada en el cerebro: los conocimientos acerca de su funcionamiento, integrados con la psicología, la sociología y la medicina, en pos de mejorar los procesos de aprendizaje y al mismo tiempo enriquecer los métodos de enseñanza. ¿Cómo aprende el cerebro? ¿Qué relaciones existen entre pensamientos y emociones? ¿Cómo lograr una ejecución eficaz?, son algunos de sus planteamientos.

Los avances en el área del estudio del cerebro aportan nuevos conocimientos que permiten diseñar nuevas técnicas para el proceso de aprendizaje y el desarrollo.

Conocer sobre neuroeducación es poder incorporar los aportes de las neurociencias en el aula: conocimientos sobre los procesos cerebrales de las emociones, la curiosidad y la atención, y cómo estos procesos se “encienden” y con ellos se abren esas puertas al conocimiento a través de los mecanismos de aprendizaje y memoria.

Neuroeducación en las escuelas

Características principales

Las escuelas que integran la Neuroeducación tienen en cuenta una serie de factores:

  • Comunicación bidireccional y multisensorial: se trata de incorporar soportes multisensoriales como objetos, imágenes, sonidos, etc. con el objetivo de estimular y generar motivación en los y las estudiantes. El tiempo de exposición a la información debe ser acorde al nivel educativo.

    Los tiempos largos implican más información, pero no por ello la adquisición de mayor conocimiento. A diferencia de la comunicación unidireccional, según la pedagogía de la Escuela Tradicional, donde quién tiene la palabra y el saber es el/la docente y las/os estudiantes son meros receptores, la neuroeducación plantea una comunicación bidireccional, es decir -entre- docentes y estudiantes. 

    Si bien no descarta en un cien por ciento la comunicación unidireccional, ya que en ciertos momentos es aplicable e incluso necesaria, sostiene que para que ésta resulte eficaz, el/la docente debe ser experto/a, comunicador/a y motivador/a. 

  • Contenidos: la neuroeducación hace foco en que los/as docentes deben guiar el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero alentando y estimulando a que los/as estudiantes busquen información por sí mismos.

    El lema es “aprender haciendo” y es el/la docente quien ocupa el rol de facilitador y transmisor de criterios. Al igual que en la metodología del Flipped Classroom (Aula Invertida), se le asigna gran importancia a la motivación, investigación y búsqueda personal del conocimiento. 

  • Arquitectura del aula: la forma en la que está diseñada es otro de los ítems que tiene en cuenta la neuroeducación. En la educación tradicional, las sillas y bancos se encuentran ubicados en filas, de modo que los/as estudiantes tienen por delante los cuellos y espaldas de sus compañeros. La neuroeducación plantea la idea de “comunidad”.

    Bien sabemos que una de las maneras de aprender es imitando: las neuronas espejo características en los seres humanos constituyen el sustrato cerebral de la tendencia automática a imitar. Dicha capacidad de imitación es la base de la cultura humana. ¡Y un gran recurso educativo!

Aula tradicional
Aula tradicional. Los bancos se ubican unos tras otros. (Fuente Canva)

Metodología de trabajo

Equipos colaborativos

La neuroeducación propone trabajo colaborativo. Pero, para agruparnos en equipos debemos primero y necesariamente transformar la disposición áulica:

  • Mobiliario: pensar el diseño del aula de modo tal que coexistan diferentes espacios que faciliten tanto el trabajo cooperativo como el individual. Para ello resulta necesario la disposición de mobiliarios móviles, que puedan armarse, desarmarse y rearmarse de acuerdo a cada propuesta pedagógica.
  • Iluminación: las aulas que poseen ventanas con vista al exterior y que posibilitan también una iluminación natural adecuada (es decir, con los filtros necesarios para evitar el deslumbramiento), inciden de manera positiva en el bienestar emocional y físico del estudiante y del docente, a la vez que favorecen la capacidad de concentración y atención de ambos.
  • Temperatura, ventilación y sonidos: las altas (o bajas) temperaturas, el aire hacinado y los ruidos fuertes nos afectan negativamente. No solamente la concentración, sino también emocional, cognitiva y hasta físicamente. Por ejemplo, pueden causarnos malestares como dolores de cabeza, mareos, etc.Disponer de un espacio áulico con una temperatura que ronde entre los 20 y 25 grados, con una humedad no mayor al 50 por ciento, que posea buena ventilación de aire y sin contaminación sonora, asegura, según diversos estudios, un mayor rendimiento académico.
  • Decoración y colores: la elección de los colores también presenta incidencias en los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, aquellos más estridentes o fuertes, como es el caso del color rojo, son más estimulantes y pueden tener un impacto negativo en las personas (sobre todo aquellas que son más introvertidas).

    Ambientes despejados que faciliten la circulación, sin sobrecarga de estímulos y con colores claros (sobre todo en las paredes y los bancos), favorecen el bienestar de quienes permanecen allí varias horas al día.
 

Aprendizaje por procedimientos

La neuroeducación plantea la necesidad de aprender procedimientos. Desde la educación tradicional, los/as estudiantes vienen (¡venimos!) acostumbrados a realizar tareas mecánicas, donde el eje central se basa en la repetición. La evaluación es el resultante de la capacidad de llevar a cabo estas tareas mecánicas de repetir. La neuroeducación propone “enseñar a aprender”. 

Los/as estudiantes deben adquirir herramientas para poder operar. Ser capaces de adquirir una información razonada que les permita comprender la mecánica y no solamente repetirla. 

En la educación tradicional operamos de la siguiente manera… Partamos del siguiente ejemplo: “queremos cocinar una torta”.

  1. Primero leemos la receta, la repetimos varias veces hasta memorizarla, y después, en algún momento. 
  2. Realizamos el ejercicio de recordar y llevarla a la práctica. 
  3. Luego evaluaremos si fuimos capaces de recordar la receta, pero nunca sabremos si realmente somos capaces de hacer una torta posible de comerse. (A no ser que estemos en un curso de cocina donde la teoría y la práctica son inseparables).

Con una metodología neurodidáctica lo que trabajamos es el proceso contextualizado: desde la compra de los ingredientes hasta que la torta llega al plato. 

Todos los estudiantes participan del proceso completo, estableciendo un debate sobre el mismo hasta comprobar que todos/as lo comprendieron realmente. Además, pensamos qué otras posibilidades de platos podrían elaborarse con este proceso, y finalmente llevamos al aula (siempre y cuando sea posible) la práctica del proceso. “Aprendemos haciendo”.

El papel de la memoria

El modelo tradicional de enseñanza aprendizaje trabaja la información facilitando datos (fechas, nombres, etc) de modo aislado. Se aborda el uso de memorias no significativas a través de la repetición en de datos en formato de secuencia, siguiendo un tipo de órden. Pero ¿qué sucede si algún dato de la secuencia desaparece?

Lo que ocurre es que, muy probablemente se olvidará el resto. Resultará muy complejo, realmente, poder recordar el resto de la información. Este tipo de memoria (no significativa) suele durar alrededor de 72 horas. Esto implica que a los tres días se pierda un 50 por ciento y luego de una semana solo se logre recordar un 10 por ciento aproximadamente.

¿Qué aportan las neurociencias? Para que la memoria se convierta en conocimiento, debe pasar a las memorias de largo plazo: memoria significativa. ¿Cómo se logra esto? Las emociones positivas, por ejemplo, generan grandes impactos en el aprendizaje ya que mejoran los procesos de atención, de memoria y de resolución creativa.

La neuroeducación incorpora e implica a las emociones en los procesos de enseñanza aprendizaje. Bien sabemos que los recuerdos se guardan asociados a la emoción que producen, creando marcadores somáticos que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas.

A través de los escáneres cerebrales podemos dar cuenta de que cuando los/as estudiantes participan en actividades cooperativas, sus cerebros liberan más dopamina. Esto resulta beneficioso tanto en lo cognitivo como en lo emocional, debido a que favorece el almacenamiento de información en las memorias de largo plazo y reduce, a su vez, la ansiedad.

En síntesis, la neurodidáctica favorece el uso de las memorias significativas a través de:

  • Estímulos atractivos.
  • Emociones positivas.
  • Trabajo colaborativo (favoreciendo el uso de las neuronas espejo).
  • Trabajo gradual y adecuado para la adquisición de las operaciones mentales.

Qué sucede con la evaluación

Hoy en día, la transferencia de información dejó de tener sentido. ¿Por qué? Ya no es necesario acumular información en nuestros cerebros, debido a que podemos encontrarla en internet, bien organizada y de calidad. Los docentes debemos poder dar el salto: realizar el traspaso de ser transmisores de la información a facilitadores o transmisores de criterios.

Criterios imprescindibles a la hora de buscar la información e incorporar los contenidos. Transitando el siglo XXI, nuestros cerebros deben ser capaces de:

  1. Adquirir la información
  2. Integrarla
  3. Procesarla
  4. Ser creativos
  5. Intuitivos
  6. Emprendedores
  7. Críticos

Desde la neuroeducación la evaluación debe ser una herramienta para comprobar si los/as estudiantes adquirieron las competencias y lograron transferir la información en conocimiento, es decir si son capaces de trasladar a situaciones distintas aquellas que generaron en el aprendizaje original (memoria explícita, de largo plazo).

No es el objetivo de la neurodidáctica desechar la evaluación del docente hacia el estudiante, pero sí se hace necesario incorporar otros modos, como la evaluación mediante sistemas gamificados, autoevaluaciones, co-evaluaciones, etc. teniendo en cuenta tanto la participación de las individualidades como la de la grupalidad.

Propuestas innovadoras
La neuroeducación nos invita a pensar distinto nuestra práctica docente

Derribando mitos sobre la neuroeducación

Las investigaciones científicas aportaron vasta información sobre cómo aprende el cerebro, y la educación se nutre de estos descubrimientos para enriquecer los procesos de enseñanza aprendizaje. No obstante en el imaginario colectivo suelen rondar falsas creencias sobre el cerebro.

Neuromito es un concepto empleado en la década de 1980 que se generalizó luego en 2002 a partir de su utilización por el Proyecto Cerebro y Aprendizaje de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Los neuromitos hacen referencia a interpretaciones erradas o falsas creencias respecto a determinados hechos neurocientíficos.

La intención, entonces, es la de esclarecer algunos conceptos, derribando neuromitos:

“Solo se utiliza el 10 por ciento del cerebro” FALSO

Las técnicas modernas de visualización cerebral (como la resonancia magnética funcional) permiten observar un cerebro en vivo. Esto demuestra que solo cuando existen daños graves debido a alguna lesión cerebral, por ejemplo,  hay áreas cerebrales inactivas.

Los cerebros sanos funcionan de forma holística, es decir, activando diferentes regiones que se intercomunican entre sí a través de la red neural, compartiendo información y cooperando para llevar a cabo operaciones más o menos complejas.

Numerosas investigaciones demostraron que incluso cuando dormimos, todas las partes de nuestro cerebro presentan algún nivel de actividad.

Por otro lado, el cerebro es un órgano “ecológico”, esto quiere decir que la activación de las diferentes regiones cerebrales al realizar una tarea es desigual y selectiva en función de los estímulos que procesa, siendo mayor la energía invertida durante los procesos de aprendizaje que cuando se domina la tarea.


“La capacidad mental es heredada” FALSO

Aquello que conocemos como “cociente intelectual”, es decir, la capacidad mental, no es fija y no existe un determinismo genético.

Es cierto que hay ciertos condicionamientos y predisposiciones pero pueden modificarse en respuesta a las experiencias de aprendizaje vivenciadas.

Las investigaciones modernas en neurociencia están demostrando que las creencias previas de estudiantes y docentes acerca de su propia inteligencia condicionan la forma de afrontar retos.

Es por eso que explicar el funcionamiento del cerebro y su plasticidad, su capacidad de generar nuevas neuronas, y las diversas inteligencias existentes y constructivas, es de vital importancia.



“El hemisferio cerebral dominante (izquierdo o derecho) explica las diferencias entre estudiantes” FALSO

Es verdad que existen regiones específicas del cerebro que se ocupan de funciones concretas.

No obstante, la neurociencia demostró que en lo referente a procesos cognitivos complejos el cerebro requiere de la integración de diferentes redes neurales ubicadas en regiones cerebrales diversas.

Está demostrado, según las neurociencias que usamos ambos hemisferios de forma integrada.

10 beneficios de la neuroeducación

La neuroeducación, es decir, las aplicaciones de algunos conocimientos de las neurociencias en la educación:

  1. Identifica, disminuye o evita problemas en el aprendizaje.
  2. Favorece la atención y concentración en los/as estudiantes.
  3. Estimula la consolidación de los conocimientos, la memoria y la comprensión.
  4. Promueve metodologías eficaces de enseñanza-aprendizaje.
  5. Incentiva el trabajo cooperativo, atendiendo necesidades individuales.
  6. Integra las emociones en la enseñanza.
  7. Conoce qué herramientas puede proveer las neurociencias que de modo práctico sirvan para enseñar de forma más eficiente.
  8. Detecta condiciones o trastornos neurológicos y psicológicos, que interfieren en los/as estudiantes en la tarea de aprender-aprehender-apropiarse.
  9. Forma ciudadanos críticos, logrando un equilibrio entre emoción y cognición.
  10. Ayuda a cruzar mejor ese puente que señalo Cicerón cuando dijo que “una cosa es saber y otra saber enseñar”.

El rol docente es el de facilitar la aprehensión y apropiación de conocimientos, generando un espacio de intercambio, reflexión y debate de la información, guiando y acompañando a la grupalidad y a sus individualidades.

Fomentar la capacidad crítica de cada estudiante alentando la conformación de un pensamiento autónomo es hoy en día uno de nuestros mayores desafíos.

La neuroeducación es una herramienta más, que potencia nuestra formación aportándonos exquisitos saberes y recursos, en nuestro arte de aprender-enseñar-aprender.

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Cómo citar este texto –Recursero Artístico. Entrada de blog (2023).  “Neuroeducación”. Equipo de Redacción: Chiussi, Antonela Carla; Rososzka, Juliana; Spina Leonardo Maximiliano (2023). Buenos Aires, Argentina.

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